No hay mas fantasía que los ojos de los ausentes, que las cruces bajo la llovizna no existan, que los cielos describan una forma de amar.
Es casi común jugar a la muerte, rodear los paraísos de muros y las lagunas de terror, tan comun como los silencios frente a las lágrimas, las que viven, las que quieren vivir.
Ese rotundo acontecer de miserias , una a una, calle a calle, diagramadas en el viento, todos los años encontrados en un bolsillo frio, en un espacio sin aire, encerrado, jugado al olvido.
Al fin y al cabo son renglones de otra hoja, de una hermosa, llena de voz, llena de sol, pero que se acaba, que se vuelve a deshojar.
Entre tormentas y vientos disímiles se arma un desierto, se camina en él, se perfila el momento y surge la verdad, solo una nada mas, que dista mucho de serla.
Es así, entre juguetes y violines que los mismos días se resumen en aconteceres sin sentido, todo es tiempo, todo es pasado y vuelve a ser futuro, nunca hay presente, nunca uno es nada mas que un hombre.
Dizzie
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